OFICIO DE LECTURA
Si el Oficio de Lectura es la primera oración del día:
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:
Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de los mártires.
Si antes del Oficio de lectura se ha rezado ya alguna otra Hora:
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: TESTIGOS DE AMOR
Testigos de amor
de Cristo Señor,
mártires santos.
Rosales en flor
de Cristo el olor,
mártires santos.
Palabras en luz
de Cristo Jesús,
mártires santos.
Corona inmortal
del Cristo total,
mártires santos. Amén.
SALMODIA
Ant. 1. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios.
Salmo 102 I - HIMNO A LA MISERICORDIA DE DIOS
Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios.
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura;
él sacia de bienes tus anhelos,
y como un águila se renueva tu juventud.
El Señor hace justicia
y defiende a todos los oprimidos;
enseñó sus caminos a Moisés
y sus hazañas a los hijos de Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
Ant. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios.
Ant. 2. Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles.
Salmo 102 II
El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia;
no está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo;
no nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas.
Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre sus fieles;
como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos.
Como un padre siente ternura por sus hijos,
siente el Señor ternura por sus fieles;
porque él sabe de que estamos hechos,
se acuerda de que somos barro.
Los días del hombre duran lo que la hierba,
florecen como flor del campo,
que el viento la roza, y ya no existe,
su terreno no volverá a verla.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
Ant. Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles.
Ant. 3. Bendecid al Señor, todas sus obras.
Salmo 102 III
Pero la misericordia del Señor dura siempre,
su justicia pasa de hijos a nietos:
para los que guardan la alianza
y recitan y cumplen sus mandatos.
El Señor puso en el cielo su trono,
su soberanía gobierna el universo.
Bendecid al Señor, ángeles suyos,
poderosos ejecutores de sus órdenes,
prontos a la voz de su palabra.
Bendecid al Señor, ejércitos suyos,
servidores que cumplís sus deseos.
Bendecid al Señor, todas sus obras,
en todo lugar de su imperio.
Bendice, alma mía, al Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
Ant. Bendecid al Señor, todas sus obras.
V. Ábreme los ojos, Señor.
R. Y contemplaré las maravillas de tu voluntad.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los Romanos 14, 1-23
NINGUNO DE NOSOTROS VIVE PARA SÍ
Hermanos: Acoged benignamente a los espíritus débiles, sin criticar las distintas opiniones. Unos creen que pueden comer de todo; otros, al contrario, espíritus débiles, comen sólo legumbres. El que come de todo no desprecie al que no come; y el que no come, no se meta a criticar a aquél. Dios lo acogió en su Iglesia. ¿Quién eres tú para criticar al siervo ajeno? Que se mantenga en pie o que caiga sólo interesa a su propio amo; pero ya se mantendrá en pie, que poderoso es el Señor para sostenerlo.
Hay quienes tienen preferencia por unos días u otros; y hay quienes los consideran todos iguales. Que cada uno se forme conciencia segura dentro de su propia opinión. El que siente interés por tal día lo siente en honor del Señor. Y el que come de todo come en el nombre del Señor, pues da gracias a Dios; el que se abstiene de comer algo se abstiene por el Señor, y da gracias a Dios.
Ninguno de nosotros vive para sí y ninguno muere para sí. Que si vivimos, vivimos para el Señor; y si morimos, para el Señor morimos. En fin, que tanto en vida como en muerte somos del Señor. Para esto murió Cristo y retornó a la vida, para ser Señor de vivos y muertos.
Y tú, espíritu débil, ¿por qué criticas a tu hermano? O también, tú, espíritu fuerte, ¿por qué desprecias a tu hermano? Mirad que todos compareceremos ante el tribunal de Dios, como dice la Escritura: "Por mi vida -dice el Señor-, ante mí se doblará toda rodilla, a mí me alabará toda lengua." Total, que cada uno de nosotros tendrá que dar cuenta a Dios de sí mismo. No nos juzguemos, pues, ya más unos a otros. Más bien aplicad vuestro juicio a no poner tropiezos o escándalos al hermano.
Yo, conforme a la doctrina de Jesús, Señor, sé y estoy convencido que nada hay de suyo impuro. Mas para quien juzga que una cosa es impura, para ese tal, sí, lo es. Si, por los alimentos que tomas, provocas a tu hermano, ya no procedes según la caridad. No malogres con tu comida a aquel por quien ha muerto Cristo. No deis, pues, lugar a que vuestra buena obra sea objeto de maledicencia.
El reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo, pues el que en esto sirve a Cristo es grato a Dios y acepto a los hombres. Por tanto, trabajemos por la paz y por nuestra mutua edificación.
Por un manjar no destruyas la obra de Dios. Cierto que todos los manjares son puros; pero son perjudiciales para quien los come dando escándalo. Es mejor abstenerse de carne y de vino y de todo aquello en que tu hermano encuentre escándalo.
La seguridad de conciencia que tienes, guárdala para ti mismo en la presencia de Dios. Dichoso aquel a quien su conciencia no remuerde por lo que resuelve hacer. Pero quien come, con dudas de si hace bien o mal, ya es culpable ante Dios; porque no procedió con buena conciencia. Todo lo que se hace con mala conciencia es pecado.
RESPONSORIO Rm 14, 9. 8. 7
R. Para esto murió Cristo y retornó a la vida, para ser Señor de vivos y muertos. * Tanto en vida como en muerte somos del Señor.
V. Ninguno de nosotros vive para sí y ninguno muere para sí; que si vivimos, vivimos para el Señor, y si morimos, para el Señor morimos.
R. Tanto en vida como en muerte somos del Señor.
SEGUNDA LECTURA
De la Historia del martirio de los santos Pablo Miki y compañeros, escrita por un autor contemporáneo.
(Cap. 14, 109-110: Acta Sanctorum Februarii 1, 769)
SERÉIS MIS TESTIGOS
Una vez crucificados, era admirable ver la constancia de todos, a la que los exhortaban, ora el padre Pasio, ora el padre Rodríguez. El padre comisario estaba como inmóvil, con los ojos fijos en el cielo. El hermano Martín cantaba salmos en acción de gracias a la bondad divina, intercalando el versículo: En tus manos, Señor. También el hermano Francisco Blanco daba gracias a Dios con voz inteligible. El hermano Gonzalo rezaba en voz alta el padrenuestro y el avemaría.
Pablo Miki, nuestro hermano, viéndose colocado en el púlpito más honorable de los que hasta entonces había ocupado, empezó por manifestar francamente a los presentes que él era japonés, que pertenecía a la Compañía de Jesús, que moría por haber predicado el Evangelio y que daba gracias a Dios por un beneficio tan insigne; a continuación añadió estas palabras:
«Llegado a este momento crucial de mi existencia, no creo que haya nadie entre vosotros que piense que pretendo disimular la verdad. Os declaro, pues, que el único camino que lleva a la salvación es el que siguen los cristianos. Y, como este camino me enseña a perdonar a los enemigos y a todos los que me han ofendido, perdono de buen grado al rey y a todos los que han contribuido a mi muerte, y les pido que quieran recibir la iniciación cristiana del bautismo.»
Luego, vueltos los ojos a sus compañeros, comenzó a darles ánimo en aquella lucha decisiva; en el rostro de todos se veía una alegría especial, sobre todo en el de Luis; éste, al gritarle otro cristiano que pronto estaría en el paraíso, atrajo hacia sí las miradas de todos por el gesto lleno de gozo que hizo con los dedos y con todo su cuerpo. Antonio, que estaba al lado de Luis, con los ojos fijos en el cielo, después de haber invocado el santísimo nombre de Jesús y de María, se puso a cantar el salmo: Alabad, siervos del Señor, que había aprendido en la catequesis de Nagasaki, ya que en ella se enseña a los niños algunos salmos. Otros, finalmente, iban repitiendo con rostro sereno:
«¡Jesús, María!.»
Algunos también exhortaban a los presentes a una vida digna de cristianos; con estas y otras semejantes acciones demostraban su pronta disposición ante la muerte. Entonces los cuatro verdugos empezaron a sacar lanzas de las fundas que acostumbraban usar los japoneses; ante aquel horrendo espectáculo todos los fieles se pusieron a gritar:
«¡Jesús, María!.»
Y, lo que es más, prorrumpieron en unos lamentos capaces de llegar hasta el mismo cielo. Los verdugos asestaron a cada uno de los crucificados una o dos lanzadas con lo que, en un momento, pusieron fin a sus vidas.
RESPONSORIO Cf. Ga 6, 14; Flp 1, 29
R. Líbrenos Dios de gloriarnos si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, en quien está nuestra salvación, vida y resurrección; * por él hemos sido salvados y liberados.
V. Dios os ha dado la gracia de creer en Jesucristo y aun de padecer por él.
R. Por él hemos sido salvados y liberados.
ORACIÓN.
OREMOS,
Señor Dios, fortaleza de los mártires, que quisiste que san Pablo Miki y sus compañeros alcanzaran la vida eterna, muriendo en cruz por confesar la fe verdadera, concédenos, por su intercesión, proclamar con valentía nuestra fe hasta derramar por ella, si es preciso, nuestra propia sangre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
6:30 pm Templo Parroquial
Sábados
5:00pm Ermita Corazón de María- Urb. Los Caobos
7:00 pm Templo Parroquial (Camino Neocatecumenal)
Domingos
8am Templo Parroquial
10am Templo Parroquial
12m Templo Parroquial
Miercoles a Viernes de 2:30pm a 5:30pm
787-298-4524